martes, 3 de abril de 2012

Actualización disponible

Como bien mandaba el tiempo que hace, el viernes decidimos ir a beber al miroir d'eau e inaugurar la primavera. Nuestro gozo en un pozo cuando de repente aparecen unos 40 policías andando. Rodean la plaza, y llegan unos 8 furgones más, por si acaso se habían quedado cortos de personal. Nosotras, que ni siquiera nos había dado tiempo de abrir las botellas, mirábamos el desarrollo del despliegue a la espera de que nos echaran oficialmente. Y no tardaron en llegar.

Se nos acerca un poli y amablemente nos dice que la próxima vez estamos arrestadas con una multa de 130 euros cada una. ¡¡Más rápido nos fuimos!! Resulta que los últimos acontecimientos bordeleses (la semana pasada encontraron dos cuerpos en el río...) han hecho tomar precauciones y nos han prohibido el sitio más chulo de la ciudad, que hemos tenido que remplazar, muy a nuestro pesar, por la plaza del Apolo.


Allí nos encontramos con Laura, Luci, Rebe, Silvia y Ana, que iban al Apolo. Luego llegó el resto del grupo, que tenía ganas de pasar calorcito y se metieron también a la sauna. Solo unos amigos de Ion y Salva tuvieron la gran idea de salir a hacernos compañía. 

El plan inicial era de tranquileo, y cuando todo el mundo se fue y nosotras estábamos de camino a casa, Marina y Maripaz nos convencieron para entrar en La Suite. Con botella en el bolso para recargar el vaso que alguien había dejado olvidado a su salida del Apolo, estuvimos bebiendo de gratis hasta que nos cazaron y nos requisaron todo.



Estuvo bien forzar un poco, pero tampoco había que abusar, así que me fui con Ana, tuvimos una conversación trascendental a la luz de la luna y cada una a su casa, que al día siguiente me esperaban los Châteaux.

Con un poquillo de resaca, hice un desayuno/comida rápido y nos fuimos de enoturismo Lara, su primo Javi y yo. Balance final de la jornada: 2 viñedos, 4 degustaciones, un rosé muy rico, unos tintos para adultos, tres botellas para casa con dos vasos de "regalo" y una siestecita rica en el bus de vuelta.





El botín































Por la noche, Lucía y Santi nos lo hicieron pasar mal. Estar en el restaurante de Alexandre, rodeados de gente tomando fondues, y no poder comer nada porque el tram se había estropeado, fue todo un reto. Eso sí, luego nos pusimos hasta arriba con la fondue de queso, las patatas con salsa y la carne a la piedra. ¡Todo delicioso!

XOXO

No hay comentarios:

Publicar un comentario