El miércoles aprendí lo difícil que es bailar salsa cuando se tiene la cabeza en otro lado. Y es que no se puede pretender seguir el "un, dos, tres" cuando tu equipo se está jugando un puesto en la final de la Champions. Así fue: ni me cundió la salsa, ni disfruté del partido. Para colmo, una horrorosa tanda de penaltis convirtieron mi noche del miércoles en un desastre. Solo se salvó el mojito.
Del jueves poco que destacar. Resaca post-derrota, risas por el penalti de Ramos y para variar, una de fútbol. Tres equipos españoles en las semifinales de la Europa League. ¡Atlético y Athletic a la final!
Noche de paseo bajo la lluvia, de alcohol, de abstemia, de coches abiertos y de sprays de pimienta. Noche de concursos, de backjack y de blandiblu.
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