domingo, 15 de abril de 2012

De basket, borrachos y otras cosas así

El miércoles jugaban las chicas del equipo la final de basket. Con idea de celebrarlo después en casa de Carmen, Lara y yo nos hicimos las entendidas en cocina. "Una tortilla, que ya sabemos como se hace". Y tanto que lo sabemos, pero de la teoría a la práctica hay un trecho. Tras unos ligeros problemillas técnicos, nos quedaron unos montaditos de tortilla con bacon y champiñones deliciosos!! =)

Quedamos con Salva, cogimos provisiones en el Simply y bajo la lluvia llegamos al pabellón. Empezaron un poco empanadas, y eso lo pagaron caro después. Hicieron un muy buen partido, poniéndose a 3-5 puntos en varias ocasiones, pero la torre del equipo contrario les hizo la vida imposible. Al final 10 puntos abajo, pero partido entretenido y con nivel. Merci les filles!

Y como toda buena reunión, llegó la comida. Montaditos, empanadillas, quiche, gâteau à la broche occitano, pizza, aceitunas, patatas... Agnès y Marine nos lo hicieron pasar mal: se fueron a cambiar y nosotras decidimos esperar como buen equipo que somos. ¡Qué espera más larga y difícil! Pero mereció la pena: nos pusimos las botas, disfrutamos de los deliciosas manjares que allí había y no paramos de reír.

La noche acabó con la pirámide y juegos que combinaban cartas y animales, la risa!! 



El jueves por fin conocí la nueva morada de Elena, que de humilde tiene poco. ¡Vaya casoplón! Lo único que no me gustó fue Virgule, el gato que pulula por ahí tocando las narices al personal. Pobre Alfaro... Como llegamos cenadas, sólo probamos las torrijas que había preparado Manro, ¡qué delicia! Estuvimos un rato hablando con el compañero de piso y un amigo suyo y nos fuimos al Apolo, sin saber lo que allí nos esperaba.

Estaba tardando en acercarse el típico borracho insoportable al grupo. Su llegada provocó la dispersión general. Esperamos un rato de pie y nos mudamos a las escaleras. Tardó poco en volver. Esta vez, se puso cómodo y se tumbó a nuestra vera. Intentaron sin éxito pasar de él y echarle, pero tenía ganas de hablar su perfecto español. A pesar de su estado, el tío sabía de todo, incluso el pequeño incidente sufrido por Froilán. ¿Cómo podía saber eso? Al final consiguió su objetivo y se convirtió en el centro de atención.

Un cantante francés, que casualmente también hablaba un perfecto español, acaparó parte del protagonismo. Nos invitó a su concierto del día siguiente ya se convirtió en nuestro nuevo amigo. La cosa se empezó a liar cuando vino un amigo del borracho a amenazarnos con que si le pasaba algo a su colega nos íbamos a enterar, que si se había quedado con nuestras caras y no sé qué... Así que lo consiguieron otra vez, y trasladamos el campamento a Camille Jullien.

El cantante se vino con nosotros y nos animó la noche. Conocía a Sabina, a los Delinqüentes, a M-Clan... Estuvimos cantando, dando palmas...Entonamos Estopa y sus clásicos, amenizando la noche a los mendigos que habían decidido dormir a nuestra lado. Poco a poco se nos fueron acercando franceses, ¡cada cual más peculiar! Lo dicho, una noche peculiar, a la que le viene al pelo esas palabras que tanto me gustan: "Diferente, raro extraño" y divertida!


El viernes salí con Marina, MIsabel, Nathaly y Ana. Surgió un plan reggae cerca de Victoire. El sitio no estaba mal, pero la verdad que nos apetecía más otra cosa... Nos mudamos al City Club, donde por nuestra cara bonita (y dicho sea de paso, porque el bar estaba casi vacío) nos invitaron al ropero y a chupitos, gesta a destacar tendiendo en cuenta que aquí eso no se estila demasiado...

Fue gracioso vernos a las cuatro dándolo todo mientras los pocos franceses que había en la barra nos miraban atónitos.



Nos hicimos amigas del portero, que resulta que había vivido 22 años en Madrid. Es bueno tener este tipo de contactos por si acaso...


Sábado lluvioso, sin ningún plan a la vista hasta que a alguien se lo ocurrió la mejor idea del mundo. Pollo de Salva en el Village. A pesar de faltar cantidades suficientes del ingrediente secreto, la merienda le salió buenísima. Y después de la comilona, de todos es sabido que lo que más pega es una peli para dormir la siesta, y una vez más otra tarde entera durmiendo en la habitación de Alex.

Descubrí la banda sonora perfecta de un día como ayer:


Botellón express en casa de Elena, conversaciones con Venus acerca de Marte... Y cuando todos se fueron al Iboat, Lara, Salva y yo nos fuimos a ver a las asistentes al City Club. Gratis hasta las 2, o hasta un poco más tarde si eres amigo del portero simpático. Después sólo hay que colarse para no pagar el ropero... "Armas de mujer" podría titularse la noche de ayer. Estos pobres franceses borrachos...

"A las cuatro de la mañana nunca se sabe si es demasiado tarde o demasiado temprano"

XOXO

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